viernes, 3 de julio de 2009

Texto de la Ponencia presentada por el Historiador Eloy Reverón en la V Jornada Masónica celebrada en BQtO, Ed. Lara, Venezuela 4 de julio de 2009


Resp:.Logia Renacimiento N 222
Or:. Barquisimeto Julio de 2009
El General José Antonio Páez y los Masones
Eloy Reverón

Resumen

Sin pretensiones de registro biográfico presento algunos aspectos que considero importantes para el estudio de tres eventos fundamentales para la comprensión del proceso histórico de la emancipación, y su relación con la Orden Masónica partiendo desde los días de la guerra de los Llaneros (1813), la conformación de la Orden de los Libertadores después de la Independencia (1823), y la instauración de la Oligarquía conservadora(1830).
Aunque nuestro concepto de la Historia no se ubica dentro del culto, ni a la personalidad ni a las instituciones, la reflexión de este breve ensayo está orientada por la idea de explicar una realidad histórica a través de un protagonista de primer orden en la vida política de Venezuela, su primer presidente, el general José Antonio Páez y su relación con el cónsul Británico en La Guaira, Sir Robert Kir Porter. Ambos vinculados en algún momento de sus vidas, con la Orden de la Escuadra y el compás
Me fundamento en la existencia de Tres documentos relevantes que confirman la vinculación de algunos personajes del entorno a la Orden Masónica: el primero, la solicitud de carta patente dirigida a la logia Amigable N 25 de Maryland para la regularización de la logia en Valencia. En segundo lugar, el diploma de Maestro Masón otorgado por la logia de Londres al Cónsul en 1811, cuando partió a su primera misión diplomática. Y por último, aunque no hemos encontrado indicios de relación masónica entre los masones venezolanos con el diplomático británico en su diario personal (1825 1842), resulta una pieza fundamental para el análisis de la vida pública del centauro llanero porque contiene 473 registros relativos al general Páez en las 1039 páginas que reúne el total de la pieza.

I.- La logia del general Páez

Comenzaremos señalando la existencia de un manuscrito original (A.N.H., ar: Páez, José Antonio) fechado en Valencia, 9 de julio de 5.823 de la Era Masónica, (1823 de la Era Cristiana), una solicitud de carta patente a la Amicable Lodge N 25 de Baltimore Maryland, fundada el mismo año que la ciudad, en 1797. Se trata de una formalidad masónica para afiliar la logia a la masonería internacional.
Este documento es la única referencia de la logia, ni siquiera el nombre, sólo contamos con los nombres y las siglas de los oficiales; su V.: Maestro: José Antonio Páez. Figuran las firmas de próceres de la estatura del general José Abreu de Lima, general Juan Uslar, coronel Georges Woodberry, comandante Luis Flegel, V. Torres, Pedro Celis, Juan de Escalona y Pedro Guillén; algunos son los militares, miembros del Estado Mayor del general Páez en la Campaña de Carabobo que luego lo acompañaron en el sitio a Puerto Cabello; y los otros, autoridades civiles de la región.
El general Páez, no mencionó a la Masonería en su Autobiografía, no sabemos si visitó logias durante su estada en Estados Unidos o en Argentina; sin embargo se dice que su firma figura en el libro de registro del Supremo Consejo del Grado 33 de Venezuela, pero a ningún historiador se le ha permitido estudiar esos documentos, tampoco encontramos evidencias de su asistencia a logias, diferente a este documento.
Sabemos que la Masonería llegó primero a las islas de Caribe, con las guarniciones británicas, y que entre los legionarios funcionó una logia referida por Gustavus Hippisley en (Narrative of the expedition to the rivers Orinoco and Apure..., Londres, J. Murray, 1819) donde afirma haber asistido a la iniciación del general Montilla en una logia que se reunía en la casa de James Hamilton en la ciudad de Angostura. Importador de armas y luego dueño de una compañía de navegación en el Orinoco. Su nombre suena por el amargo de Angostura.
En el archivo de la Gran Colombia, microfilmado en la Fundación Boulton, se encuentra un salvoconducto de la cofradía militar británica para Dionicio Egan, firmado en Achaguas en 1817. El vínculo del general Páez con los británicos fue descrito por R.B. Cunninghame Graham (tomado de Level Chesterton) en: José Antonio Páez. Caracas, A.N.H., 1959, p. 118) de la siguiente forma: “Gusta muy especialmente de los ingleses, a quienes llama hermanos, y ha abogado siempre con mayor entusiasmo por los títulos que tienen a la gratitud del país. Su intrepidez lo hace querido por ellos y exceptuando a Mariño, es Páez el jefe de Colombia que goza de más popularidad entre los ingleses”. Vale la pena señalar que en 1854, para el momento de su muerte, el general Santiago Mariño ocupaba el cargo de Serenísimo Gran Maestro de la Masonería Venezolana, tal vez el masón más antiguo, posiblemente iniciado en Trinidad en la logia de la calle de los Tres Candiles. En 1853 los masones de Caracas solicitaron al Q:.H:: José Monagas la aministía para el enfermo y anciano prócer, bajo cuya investidura masónica se creó la Gran Logia Provisoria en 1854. Sería interesante poder observar si la Masonería y la fraternidad con los ingleses mantienen alguna relación con ese salto cualitativo que dio el general Páez desde un campechano llanero que educa sus modales silvestres para ingresar al mundo de los salones y del protocolo. La logia pudo ser un ambiente ideal para entrenarse en la oratoria y adquirir modales. Pero tampoco olvidemos su aguda inteligencia, su capacidad de adaptación y su voluntad de colocarse a nivel de la alta dignidad que representó.
Una masonería más o menos organizada se estableció en Venezuela a partir de 1824, fecha que la tradición masónica dio a la fundación de la Gran Logia de la República de Colombia, con sede en la ciudad de Caracas, presidida por el licenciado Diego Bautista Urbaneja. Ese mismo año llegó un controversial personaje francés de la masonería estadounidense, José Cernau, otorgando el grado 33 a los próceres y hombres notables que tenía anotados en una hoja suelta, incluyendo al mismo Libertador que ni siquiera estaba en Venezuela. Masones como Gerónimo Pompa, que según su propio testimonio, fue iniciado en 1823, en menos de un año recibió los 33 grados de la Masonería del rito escocés, el general Páez también figura en la lista (A.G.N., José Félix Blanco, T.II, Cap 8, fl, 298). El lector masón podrá imaginarse esta categoría de masones en una masonería infiltrada por la política. Muchos dan por sentado que por estar en la lista recibieron el legendario grado 33.
Según el Diccionario Enciclopédico de la Masonería, y la versión abreviada del mismo, Cernau usurpó los poderes de Soberano Gran Comendador los cuales sólo se le habían otorgado para trabajar en Cuba.
Lo relevante sería poder establecer la vinculación de la Masonería con el poder político en el siglo XIX, porque el 26 de julio de 1850, Páez llegó desterrado a Nueva York, y en junio de 1851 se oficializó el cisma en la Masonería venezolana que la mantuvo dividida hasta el 12 de enero de 1865, 19 días después que la Asamblea Constituyente ratificó al general Falcón como Presidente, un maestro masón de la logia Unión Fraternal de Coro. Páez de nuevo en el exilio, y una nueva generación de masones al poder, después de concluida la Guerra Federal.
La asamblea de reconciliación de la Orden en Venezuela fue presidida por el presidente encargado, general Antonio Guzmán Blanco, futuro protector de la Orden. Durante la apertura de este acto de unidad masónica se leyó el Salmo CXXXII, 11 y 12: “En verdad juró Jehová a David. No se apartará de ello: Del fruto de tu vientre pondré sobre tu trono. Si tus hijos guardaran mi alianza, y mi testimonio que yo les enseñaré. Sus hijos se sentarán sobre tu trono para siempre”. Esta nota fue publicada originalmente en: El Universal, Caracas, jueves 1 de agosto de 1996.
1823 El General josé Antonio Páez solicitó el 9 de julio, una carta patente a la logia Amigable N 25 de Maryland, para formar una logia en la ciudad de Valencia.(ANH Archivo del general José Antonio Páez). No hemos sabido de respuesta alguna por parte de la logia de Maryland.
http://mitosmasonicos.blogspot.com/2009/04/qh-general-jose-antonio-paez-del.html

II.- Concepciones de la Historia

Para efectos del presente ensayo, la Historia de Venezuela se contempla como un conflicto entre un grupo que ha implantado y reformulado un modelo de sociedad; y otro sector, que al ser excluido se resiste a ese modelo. De esta manera, la Historia de la Resistencia es la Historia de todo ser humano que se opone al coloniaje, a la mentalidad colonialista, a la discriminación, y a la exclusión social. Los masones podrían incluirse dentro de un sector que hizo resistencia a la Iglesia, y el proyecto arquitectónico de una sociedad liberal con cierta resistencia al la institucionalidad de la Iglesia, mas no como al vector que ha ejercido y ejerce fuerza de dominio colonial.
Esta última Historia encuentra resistencia en aquella historia que nos relataron como un cuento para adormecer la conciencia revolucionaria y resignarnos a la sumisión colonial a través de una fantasía romántica que cuenta con más emoción que investigación. Todo incluido en el relato de las vidas de los héroes para quienes algo tan abstracto como la Libertad, estaba por encima de algo tan concreto y tangible como la propia vida. El nuevo status debía justificar el camino de muerte y miseria que los había llevado a ese reacomodo de la clase dominante.

La Historia Patria que heredamos de los románticos de mediados del siglo XIX ofrece una imagen de religión civil donde la Libertad cae del cielo sobre el Campo de Carabobo. Existen motivos para pensar que esta historia fue manipulada por intereses de ambos bandos para sentar bases gloriosas a la nueva clase emergente. Hipótesis que no suena tan descabellada al recordar que Negro Primero y su general Páez lucharon con los realistas como llaneros que habían iniciado su guerra de exterminio contra los mantuanos. Pero después de la muerte del general Boves en Urica, Páez reclutó lanceros provenientes de ese ejército disperso.

Los héroes de la Independencia venezolana constituyeron una nueva clase terrateniente que obtuvo su independencia política con armas compradas a crédito que el país estuvo pagando durante un siglo, cien años de guerras, y cada vez que la Casa Grande tenía ante su portón a la gente descontenta a punto de echarla al piso, la clase dominante renovaba su proyecto de sociedad maquillando el mismo modo de producción colonialista. Contratando nuevos empréstitos en el extranjero, y empeñando el beneficio de las aduanas a favor de los acreedores, para seguir comprando armas. Un ejemplo patético de esta estrategia neocolonialista se expresa en la guerra al proyecto de Revenga para pagar la deuda externa con el estanco del tabaco y la labor de sabotaje para impedir el proyecto por parte de un personaje llegado de Trinidad, justo en 1811. Me refiero a William Ackers[1], de quien apenas sabemos que era un comerciante y prestamista asociado en 1820 a Juan Pablo Huizi; entusiasta y progresista cuya participación en una sociedad para la construcción del camino entra Caracas y La Guaira, y arrendatario de la Hacienda Camurí, tiene notable participación, curiosamente, en el fracaso del proyecto de Revenga, según (C.B.de M. Multimedia de Historia: 1998). Es necesario estudiar con detalle otros casos aislados de ingleses, holandeses, algunos de origen hebreo que llegaron a un paraíso virgen para sus inversiones, como el caso de John Alderson oriundo de Trinidad instalado en 1811, dejando a su familia en la isla y se salva de Monteverde quien lo apresara por sospechoso y se salvó porque el almirante inglés Jhon Durhan intervino a su favor. En 1814 se asoció con José Toribio Iribarren promocionando un negocio de importación de harina importada de Baltimore y unas letras de cambio sobre la plaza de Londres. Desde Angostura sirvió de intermediario para la importación de armas, municiones y alimentos para la tropa, donde hizo amistad con Simón Bolívar.

En 1821 se instaló en Caracas, obtuvo una hacienda en Chacao, arrendó la de Bello Monte y la de La Trinidad, que era propiedad del general Páez. Es un entusiasta partidario de la división de la Gran Colombia.

III.- La conformación de la Orden de los Libertadores (1823)

La oligarquía conservadora criolla montó su gobierno para constituirse en heredera de la monarquía española, pero no contaba con que la tensión social se desbordaría ante la crisis de autoridad y las pretensiones de la nueva oligarquía producto del reacomodo social que habían traído las guerras civiles. La guerra civil estalló de nuevo, y no pudo controlarla, ni el ejército expedicionario de Morillo, ni más de tres mil mercenarios británicos contratados por López Méndez que se unieron al ejército patriota, llevando al plano internacional a un conflicto interno motivado también por intereses foráneos. El Armisticio de Santa Ana de Trujillo, y la batalla de Carabobo, condujeron a un acuerdo entre patriotas y realistas de la clase dominante, para repartirse el poder. Los oligarcas proclamaron a Páez, hasta que una segunda generación de llaneros se levantara en armas detrás de Ezequiel Zamora. Una vez asesinado éste, Antonio Guzmán Blanco desvía el proceso nuevamente, su grupo político reformula el proyecto de sociedad implantada colonial pero las guerras civiles no terminaron hasta el triunfo del general Juan Vicente Gómez, entrado el siglo XX.

Esta situación establece la importancia que adquiere la comprensión del proceso de liberación que se inició con la crisis de autoridad de la Corona, para que después de una década de violencia, saqueos y batallas, apenas se logró romper los vectores de dominación política impuesto por la fuerza de las armas. Las lanzas del general Páez y su artillería ecuestre, como en otra hora harían las lanzas de Lozada, Cortés o Pizarro, ahora tratarán de sustentar a una Oligarquía conservadora, enfrentada a otra Oligarquía liberal, forzados en mantener una economía esclavista, no solo manteniendo el vector de dominio económico en función de una economía orientada a los intereses del mercado de nuestros nuevos acreedores metropolitanos, sino que soportando la invasión de los ingleses por nuestra frontera oriental por el río Esequibo, desde el mismo día que llegara la noticia del reconocimiento español de nuestra “independencia” política. La historia continuará recibiendo financiamientos y refinanciamientos de la deuda para seguir comprando armas para retener los respectivos focos de violencia surgidos de la no solución de las contradicciones que surgieron a raíz de una emancipación que no llenó las expectativas de quienes pusieron la sangre para la Libertad. Pero mientras tanto, los mineros ingleses seguirían avanzando para explotar las riquezas auríferas de “nuestra” Guayana Esequiba.

Después de la muerte del más cruel de los generales realistas, un caporal inmensa llanura, a los feroces lanceros del difunto, para formar la caballería patriota. Visto por los historiadores positivistas como Valdivieso Montaño como el primer líder de la democracia, entendida como poder popular. Así las hordas de asesinos, se convirtieron en libertadores al pasar a defender los intereses de la minoría, ahora no tan blanca. La esclavitud desapareció al salir más baratos los empleados. Como las computadoras, menor inversión alquilándolas que comprándolas.

Y como buen caporal, pudo seguir siéndolo de un nuevo modo desde la Presidencia, tal como había presidido la logia de los legionarios británicos cuando lo iniciaron en sus ritos y lo nombraron Venerable Maestro, según consta en documento citado que reposa en el archivo de la Academia Nacional de la Historia.(Arc. General Páez 1823)
Existen razones históricas para pensar que antes de Carabobo estaba decidida la retirada de las fuerzas de ocupación española cuando el general Morillo regresó convencido de que con, o sin sus tropas, la Guerra Civil continuaría indefinidamente, como en realidad duró cien años. La Batalla fue buena excusa para darle orígenes épicos y gloriosos a la clase heredera del poder colonial, cuando realistas y patriotas quisieron trasladar la contienda al campo de la política; surgió un grupo tendiente a conservar sus privilegios de clase, y otro de tendencias liberales que esperaba un trato igualitario pese al tono menos claro de su piel. Pero la guerra se extendió hasta el siglo siguiente porque la explosión social que la había infiltrado desde la Primera República no resolvía sus contradicciones esenciales.

La clase dominante, aunque se resistía a enviar a sus hijos a la guerra, encontró en la campaña del sur, la oportunidad para deshacerse del Libertador y de Sucre, y éstos para llevar a los llaneros lo más lejos posibles según observaciones del profesor Juan Bosh. El mantuano fue a la guerra para defenderse de las hordas que arremetieron inicialmente contra su proyecto social, por esclavista y excluyente. El genio de Bolívar canalizó el descontento hacia los españoles y canarios que no obraran activamente en pro de la causa americana, e indultó a los nativos auque fueran culpables.
La visión neoclásica de la historia tampoco explica porqué el coronel George Woodberry, en su Diario de la Guarnición y las Órdenes de la Guardia, no escribió los detalles de la Batalla de Carabobo, donde él mismo ganó laureles de la Orden de los Libertadores, garantes de una Libertad entre comillas, con ideología y economía empeñadas por un poder político conquistado con armas compradas a crédito. La Primera y la Segunda República excluyeron a los caporales como Páez, a los pulperos como Boves, y sobre todo, a los negros como Pedro Camejo. El aparato ideológico de la mentalidad colonialista contraria al socialismo de cualquier siglo se tambalea; todo esto hace mucho peso porque no es posible una visión real del presente con un pasado fantasioso.

La guerra de Boves fue contra los esclavócratas, y seguramente la Piar también. Si los vemos como el discurso dominante sugiere dentro de la sacrosanta religión del patriotismo romántico, es posible no percibir el contenido de explosión social que tuvo semejante estallido de violencia. Boves entró a Caracas como una fuerza independiente de toda ingerencia imperial, era un ejército plebeyo. Boves y Rosete, tenían a sus órdenes un ejército de siete u ocho mil hombres. En el número 69 de la Gaceta de Caracas, de 23 de mayo de 1814 se expresa de la siguiente manera: “Boves ha levantado toda la esclavitud de los llanos: Boves los ha hecho militares, y con la pretendida libertad los ha llevado a cometer los actos más atroces y los asesinatos más inicuos. Desde Calabozo hasta las extremidades de Apure, y desde los confines de Barcelona hasta Calabozo, ha subvertido todas las esclavitudes que formaban la mayor parte de su ejército. No hay una sola hacienda de ganado cuyos esclavos no hayan sido forzados a militar el ejército de ese bandido… más de cien hacendados podrán dar certificados jurados en forma de los esclavos que les han sublevado Boves y Rosete”(Citado: Martínez:1963, p. 84) Sin embargo, existen fuentes que aseguran que para 1812, Venezuela incrementaba su producción de Cacao, y en 1823 ya era el primer país productor de este delicado renglón de la agricultura.

Esto no luce como simple demagogia, sus soldados, incluso el famoso Pedro Camejo, pasó al ejército libertador después de la muerte de Boves, reclutado por el mismo José Antonio Páez.
En el año 19 ya El Libertador estaba entronizándose en el poder político. Había sido reconocido como jefe de los patriotas en el arrabal de la Sabana de Los Cayos. Es el hombre que había invadido nuevamente a Venezuela desde Los Cayos, Haití, con la ayuda de Petion. Después de desembarcar en Juan Griego, invadió Carúpano, envió a Piar a Maturín a Soublete a invadir los valles de Aragua, para terminar regresando donde Petion para emprender una segunda Expedición de Los Cayos.
Hacía poco más de un año, el general José Antonio Páez había reconocido al Libertador como su jefe. Se batía dignamente con el general Morillo, quien a pesar de derrotarlo en la Puerta, debió retirarse para restablecerse de una lanza llanera que le atravesó el costado.

IV.- La Oligarquía Conservadora

Después de toda tempestad viene la calma, sin embargo estas se alternarían durante todo lo largo y ancho del violento siglo XIX. La explosión social amenazando sin cesar, y la mano fuerte de un caudillo para asegurar el bienestar de la clase dominante. El proceso de consolidación de Páez como primer rey de la baraja transcurre después de 1823 y se consolida tras la división de la Gran Colombia, tras el abandono del proyecto mirandiano de una sola América hispana fuerte frente a la América del Norte que él conocía muy bien porque la había ayudado a liberar de los británicos. Además de haber sido el primero en llamarla Nuestra América.
Un valeroso documento para el análisis del ascenso y consolidación política del guerrero, lo constituye sin duda el Diario de Ker Porter, en el cual se registra el proceso de la Cosiata, además de ser una fuente para apreciar las huellas de la guerra en el agudo ojo de pintor del cual siempre hizo gala el diplomático británico. Hace falta un seguimiento a la correspondencia diplomática enviada a Londres, así como a una serie de personajes del mundo comercial y financiero que ingresaron al país tan pronto declarara su independencia política.
De las notas de Sir Robert Ker Porter traemos apenas una muestra de lo poco que estamos procesando, comenzando por ésta, donde apunta su primera impresión, después de su encuentro inicial con el Centauro, cual tuvo lugar el lunes 19 de diciembre de 1825:
“A las diez acompañé al coronel Stopford a visitar al general Páez , uno de los héroes de la revolución, y uno de los más honorablemente valientes. Es hombre de noble apariencia, aunque no de gran estatura, un agradable y expresivo semblante y una mirada astuta y brillante. Se dice que le debe todo a sus talentos peculiares y a la fortune de la guerre . Nació en San Felipe, de Orígenes oscuros. Se vio obligado a escapar del lugar por una pelea y sus consecuencias, y se convirtió en vaquero de los llanos. Pero habiendo tenido la desgracia de matar dos de las reses de su amo huyó de nuevo y se volvió soldado de fortuna. Su carrera lo ha llevado en este momento al mando principal de la provincia de Venezuela. Sus grandes pasiones son el juego y las peleas de gallos.
(RKP.1825,p 64,)

“Al terminar esta visita fuimos a ver a otro personaje militar, el general Mariño. No estaba, pero se encontraba su esposa, una persona muy joven y bonita y, me atrevería a decir, a la que no le faltan las ganas de relaciones más íntimas. También estaba allí una hija de su esposo, casi de la misma edad que ella, que habla algo de inglés y francés. (RKP.1825,p 64,)

Ese día registra la presencia de un par de corsarios españoles navegando frente a la costa y se han apoderado de varios buques de bandera colombiana que fueron llevados a Puerto Rico. Los españoles habían llevado un contingente de 4.000 efectivos a esa isla. Llegaban al Cónsul noticias a cerca del nacimiento de Bolivia
(RKP.1825,p 65,) Comenta la costumbre de la gente de abandonar los niños muertos en las puertas de la iglesia. Habla de los hermosos vestigios …, pero repletos y sojusgados por yerba tupida y humildes casas de vecindad que mancillan los majestuosos restos de espléndidas edificaciones.” (RKP.1825,p 66,)

Comienza el diario en 1826 comentando el incidente de Juan de Escalona contra Páez y Mariño por su disposición de cerrar la casa de Juego a la que Páez y Mariño acudían con frecuencia a jugar cartas. Este evento fue registrado en la Logia del General Páez. Escalona terminó jubilado.
(http://pensamientoeuropeobajoopticamirandina.blogspot.com/)

(RKP.1825,p 69)
Apreciaba RKP a Páez cuando lo compara con los otros cuando dice: …,no hay en todo este grupo ni uno solo que no sea impulsado por la venganza, y deseos de ganar ya sea dinero o posición, salvo Páez, que tiene el corazón patriótico, pero quiere que lo dirijan y guíen en buen juicio y la educación.(RKP:1826, p. 105)
En julio de 1827 Páez es el hombre fuerte, el día 4 Bolívar afirma en su proclama que por combatir a los enemigos de su terruño natal y por impedir que la guerra civil que los destruye, habla de los sufrimientos motivados por la guerra y la revolución. Robert Kir Porter menciona el decreto que dejaba al mando civil y militar de la Provincia.
El 22 de julio se realiza un movimiento de tropas que RKP explica que se debe al temor ante el posible desembarco en Coro del almirante La Borde. Ese mismo día escribe en relación a una proclama de del día 16 firmada por Páez:

“Habla claramente de respaldar a Bolívar en todos los actos y ordenanzas que hizo mientras estuvo con nosotros, y no dudo ni por un instante de la sinceridad de Páez, y que [no se saldrán con la suya] los descontentos y sobre todo los comerciantes, que se creían que tan pronto se fuera el Libertador, se eliminarían o modificarían hasta tal punto todas las regulaciones relativas al comercio y a los derechos internos, que las cosas podrían hacerse a su nefasta manera.”(RKP: 40) Lo que no se lee muy claro es la nefasta manera de quién. No sabemos si esta confusión es por intencionalidad del traductor, pero deducimos que los descontentos comparten intereses con los comerciantes.
Menciona El Cónsul las intrigas de Santander, y que las tropas de Cartagena se le habían opuesto declarando que no aceptarían otro jefe diferente a Bolívar. Luego señala: “Páez parece también seguir el ejemplo de Bolívar encargándose de que la sentencia de la ley se porga en vigor, pues fusiló en Valencia a un coronel, y uno de los más bravos héroes de la revolución, por haber matado a un alcalde con sus propias manos y luego haberlo cortado en pedazos y asado en el horno de su cocina, con la intención de que se vendiera en el mercado de modo que los amigos del pobre hombre participaran en el efecto de su hórrido acto. El asunto se descubrió y huyó a Curazao, y de allí a Bogotá, donde Santander lo recibió atentamente y le convirtió en uno de sus intrigas, a la llegada del Libertador a esa ciudad en noviembre último. Por el hecho de ser este hombre asesino del alcalde – (…) S.E. lo hizo detener y lo envió al sitio donde había cometido el asesinato. Se le enjuició aquí, y se le condenó y sufrió durante unos días desde entonces en Valencia.”
Acusa por esos días numerosos pasquines calificados de abominables contra el Libertador, acusándolo de aspiraciones a la realeza. El hecho es que Bolívar había vuelto a publicar un decreto relativo a la manumisión de los esclavos, que databa de fecha tan antigua como el 19 de julio de 1811. Critica a la feroz oligarquía criolla calificándolos de desmoralizados que vivían “del saqueo del Estado así como del mutuo, están cada vez más irritados ante el menor intento de frenar sus voraces atrocidades en inveterados actos de rapiña, silentemente fomentados y fielmente ejemplejarizados por el Ejecutivo durante estos últimos seis años.(RKP:1827.p. 243)

“Tales son los sentimientos de agradecimiento de aquellos cuyas propiedades y probablemente vidas salvó Bolívar en enero pasado de los horrores de los llaneros, así como de la ‘guerra civil’. La verdad es que esta raza colombiana no merece que se la salve, y que lo único que le corresponde o que sea capaz de valorar son barrotes de hierro y despotismo. De la libertad lo ignoran todo, pues carecen en su corazón de las virtudes que la inspiran”
En esos mismos finales de julio habían enviado diez mil dólares para la siembra del tabaco. Resulta asaltaron que asaltaron a la guardia que la custodiaba. RKP se hace eco de un rumor de que los dólares reposaban en las arcas de los más respetables patrióticos.

El racismo de la época se manifiesta de tal forma en RKP se refiere a los venezolanos de entonces en estos términos: “La sangre española, india y africana resulta una mezcla de veras horrible en las venas de estos republicanos”(RKP:1827, p. 242)
Hasta aquí una breve muestra de las impresiones que hemos extraído hasta el instante de esta presentación. Oportunamente iremos completando este proyecto para poder hacer un balance histórico de esta situación. En términos muy generales resta señalar que la vida masónica de Páez resulta un misterio. Parece haber sido algo efímero durante la vida de campamento, y al parecer su atención en los menesteres del poder lo alejaron de las actividades masónicas. De igual manera, la discreción del Cónsul británico al respecto es extrema. Al parecer desconoció la condición de masones, tanto de criollos como extranjeros, entre los cuales llegó a cultivar incluso hasta amistad. De todas maneras queda mucho papel por revisar.







[1] Los británicos William Ackers y George Gosling fueron los principales promotores de las explotaciones azucareras en el Litoral Central. Ackers puede ser considerado uno de los más importantes capitalistas de aquel tiempo, cuyos
negocios se habían orientado en diversas direcciones. Mientras comercializaba el cobre de las minas de Aroa, se dedicaba también a la compra del tabaco en las subastas organizadas por el monopolio estatal hasta su abolición en 1833, y era socio de varias casas mercantiles ubicadas en Liverpool, La Guaira y Caracas. www.economia.unam.mx/amhe/.../Catalina%20BANKO.pdf –