Simón
Bolívar fue un gran cultor. Cultivó el árbol de la Libertad. De
sus ramas han prendido los frutos que alimentaron a la Filosofía
como Liberación por América Latina.
Su
tronco es sólido, aún después de 237 años porque las tres raíces
fundamentales que lo sostienen penetraron profundamente en la Tierra.
La
primera raíz es la UNIÓN que está presente a través de su vida
política. Es el hilo conductor de su discurso en la Sociedad
Patriótica en el momento primordial de la creación de la patria y
es su último voto por la felicidad de la Patria, antes de bajar al
sepulcro.
La
Segunda raíz del árbol de la Libertad es la INTEGRACIÓN. Llegó
desterrado a Jamaica después de haber disfrutado las mieles de La
Campaña Admirable y las hieles de una derrota contundente y la
tristeza de ver bajo escombros del terremoto, a la Patria que estaban
fundando.
Llegó
al Caribe Insular en los mismos días cuando Napoleón perdía su
orgullo en la Batalla de Waterloo. Mientras el Corso comenzó a
declinar, el Hombre de nuestra América despegaba el vuelo hacia el
triunfo desde su propio fracaso.
Entre
Jamaica y Haití, logró INTEGRAR su pensamiento, su experiencia y
su palabra escrita, y también logró concentrar la fuerza de su
liderazgo después de 7 meses de Reflexión. Así regresó con nuevos
bríos para integrar a liderazgos encarnados tras personalidades tan
distintas y opuestas como las de Piar y Mariño, o como las de Páez
y Santander. Integró, dicho sea de paso, a un continente para
derrotar al más grande imperio de la Tierra.
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Paul Verna Petión y Bolívar IVEM 1969 |
La
raíz tercera, complementaria y vertebral al mismo tiempo; es por
cierto la peor interpretada por ser una raíz profundamente
filosófica, y para enunciarla, lo haré con su palabra de origen
griego EUDAIMONÍA.
Este
concepto heredado de la tradición filosófica helénica, fue
discutido por Miranda con Geremías Benthan, pero Bolívar después
de recibir el libro por atento envío del Autor, o tal vez de sus
editores, supo cuestionarlo desde la gracia nata de su pensamiento
estratégico, generado desde la periferia colonial como vector de su
fuerza de resistencia liberadora, y con su concepto filosófico de la
Totalidad. Porque el pensador británico pensaba en una mayor suma de
felicidad posible tan solo para los Blancos, anglosajones y
protestantes del centro de la cultura de dominación colonial. Para
Bolívar, la mayor suma de felicidad posible, es algo más que eso,
es la Vida Plena, que incluye a todas las clases, credos y colores.
Eloy
Reverón, Julio de 2020
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